«El 24 de septiembre de 2012, Gladys Comeau montó a bordo del Northlander y ya no la volvieron a ver en Swastika, que no es una ciudad, ni siquiera un pueblo, solo una pequeña aglomeración junto a la vía del tren. Comienza entonces la errancia, la de Gladys y la mía, porque este es el relato del viaje de Gladys Comeau por las vías del norte de Ontario y de Quebec, que la llevarán al sur, luego al oeste, a continuación al este y luego de nuevo hacia el norte.» Un halo de misterio recorre el intento de describir las vicisitudes ferroviarias de Gladys que incluyen algunos encuentros extraordinarios porque nadie sabe el motivo que la ha empujado a alejarse de su casa, donde llevaba una vida aparentemente satisfactoria. En 2021, A tren perdido recibió una mención de excelencia de la Société des écrivains francophones d'Amérique. Según el jurado, se trata de «una novela de aventuras en pos de la felicidad con el telón de fondo de una road movie.» El viaje de Gladys también revela algunos universos poco conocidos y es, en última instancia, un hermoso alegato a favor del tren.
Una novela de aventuras en pos de la felicidad con el telón de fondo de una road movie.