¿Cómo es el diario de viaje de un coleccionista? ¿Dónde queda el paisaje y dónde el destino cuando el viajero en lugar de ruta sigue las pistas de un archivo posible? Anacronías alemanas es eso: un objeto tan extraño como cada uno de los libros, revistas, afiches, fotos, láminas, cartas, que Patricio Binaghi va encontrando a medida que avanza o se hunde en ferias, museos, galerías, librerías. Las ciudades toman la forma de un anaquel. Si “sacar a la luz papeles viejos” es su misión, aquí se redobla la apuesta con un registro tan obsesivo como bon vivant de la aventura que se demora en cafés, encuentros fortuitos, trenes, conversaciones de amor y despedidas. El coleccionista devenido escritor se autoproclama albacea anacrónico de piezas sueltas que bajo su mirada resucitan, arman sistema, familia. Así es que este libro puede leerse como la bitácora de todos los proyectos editoriales de Patricio Binaghi, de los que ya ha concretado y de los demás también. Más arriba nos preguntábamos por el destino... ¿Buenos Aires?, ¿Dusseldorf?, ¿Madrid? Responde un fantasma que rompe la brújula, es la voz del padre que a punto de morir ha dicho: “aquí siempre tendrás un lugar”.... Y entonces el aquí se desparrama en infinitos imposibles adonde siempre habrá que volver.
Liliana Viola