No hay asunto más interno que la patria. Ni hay emblema más claro que una voz. Ahí donde el filo mudo del alambre vuelva extranjero el propio suelo, la poesía argentina elevará sus estandartes para vadearlo con un grito lúcido de guerra. Pues nuestro patrimonio es el universo. Bajo las matas, en los pajonales, sobre los puentes, en los canales: hay Alambres. En la paloma de la paz que terminó en el guiso. En los fragmentos de un discurso económico que atraviesan el duelo. En el urgente genderswap de los héroes. En la ciudad la campaña la montaña la bandera. Hay Alambres. La catequesis herética de Pilar Otero entonces nos recuerda: En el principio era el Verso. Y en el presente el cuatrerismo es justicia. Regístrese en el Archivo General de la Emoción.