Cecilio y Tonia chocan en la calle, desde ese encuentro accidental surgen misteriosos afectos que se cristalizan en largas y veloces caminatas por Buenos Aires. Ambos comenzarán a unirse de maneras extrañas en una relación que tiene como fundamento la desconexión. Tonia intenta cimentar el camino artístico de Cecilio mientras este último parece liberarla a ella de sus sempiternas ataduras. Todo mientras la ciudad, sus recovecos y esquinas, emergen como un marco al mismo tiempo inspirador y aplastante de una amistad en ciernes que aún ninguna de las partes puede descifrar. Bajo influencia, gracias a la prosa a la que bien acostumbrados nos tiene María Sonia Cristoff, logra construir no solo una relación compleja entre los dos personajes principales, sino que también se aventura a ser una novela sobre la posibilidad del arte en cualquier cosa, como el potencial camaleónico que tienen la performance en la ciudad del siglo XX I, al mismo tiempo que se permite tanto la crítica como la risa sobre aquel mundo que se despliega frente a estos dos caminantes sin plan ni condena.