Al poner en tela de juicio nuestras suposiciones centrales sobre lo que significa ser humano -y ser, por lo tanto, distinto a todas las demás formas de vida-, Cómo piensan los bosques cuestiona los fundamentos mismos de la antropología. Basado en cuatro años de trabajo de campo con los runa (kichwa) de la Amazonía ecuatoriana, este libro explora cómo los habitantes de la Amazonía interactúan con los muchos seres vivientes que conviven en uno de los ecosistemas más complejos del mundo.
Cuando volvemos nuestra atención etnográfica sobre la manera en que nos relacionamos con otros tipos de seres, las herramientas antropológicas que giran en torno a las características y a las capacidades que nos hacen distintivamente humanos colapsan. Cómo piensan los bosques aprovecha este colapso como una oportunidad para fabricar nuevas herramientas conceptuales capaces de permitir a la antropología pensar de un modo más amplio el mundo que los humanos comparten con otros tipos de seres. Cómo piensan los bosques fue ganador del Premio Gregory Bateson al Mejor Libro de Antropología del 2014, y ha sido traducido a varios idiomas.
“Un bosque que piensa no es una metáfora. Arraigado en configuraciones de mundos (worldings) ricas en compost, semióticas pero no simbólicas, este libro enseña a quien lee que los encuentros otros-que-humanos abren posibilidades para la realización emergente de mundos, y no solamente de puntos de vista sobre el mundo. Pensar con el mundo otro-que-humano muestra que lo que les humanes comparten con todos los seres vivientes es el hecho de que todes vivimos con y a través de los signos. La vida es constitutivamente semiótica” Donna Haraway sobre Cómo piensan los bosques.