El deseo, sin lugar a dudas, es uno de los temas centrales en la obra de Hilst. Este libro comienza con un epígrafe -escrito por ella misma. en el cual el deseo, personificado, se describe como "Lava. Después polvo. Después nada". Los tres momentos, la transformación de lava en nada, sintetizan algo que atraviesa la poesía de la autora.
Uniendo lo sagrado y lo profano, lo alto y lo bajo, a partir de una tradición que abarca varios siglos, Hilst marcó sin dudas una búsqueda particular en la poesía y también seguramente resultó y aun resulta llamativo el modo en que, como una experiencia desbordante, eligió mostrarse a sí misma, tanto en su obra como fuera de ella.
-Salvador Biedma