Publicado originalmente en 1722, el Diario del año de la peste puede leerse como la primera novela de no ficción, impresa doscientos treinta y cinco años antes de Operación Masacre (1957) de Rodolfo Walsh y doscientos cuarenta cuatro de A sangre fría (1966) de Truman Capote, obras consideradas generalmente como las primeras en su género. En esta crónica de la terrible epidemia de peste bubónica que azotó a Londres en 1665, Daniel Defoe evoca con la claridad del lenguaje periodístico y la precisión de una escritura detallada, llena de información descarnada e imágenes extremas, el relato minucioso de esos terribles días. El confinamiento, la caída del comercio y la producción, la escasez de alimentos, el escape de los ricos a zonas libres de la infección, personas contagiando sin saber que llevaban consigo la enfermedad, las fosas comunes y otras tantas otras semejanzas con la época presente vuelven al Diario del año de la peste un documento de apabullante actualidad, que funciona como una máquina del tiempo para leer el signo de nuestro tiempo desde la experiencia del pasado. Nicolás Moguilevsky Daniel Defoe describe la catástrofe con un detallismo digno de un gran periodista o historiador, esforzándose por dar la impresión de haber estado presente, aunque en la fecha en que transcurren los sucesos el autor tenía cinco años. En el Diario del año de la peste desfilan decenas de calles, barrios concretos y un clima de época que lo vuelve memorable en los siglos siguientes, incluyendo este. Elvio Gandolfo