Ricardo Rojas Ayrala utiliza el género negro para construir una aventura grotesca y delirante que marca el tiempo y el sabor de un presente que fracasa día a día en sus derivas políticas. El “Churro” Batilana, comisario responsable de una seccional céntrica de la ciudad de Buenos Aires, contrata a un reputado sicario para prender fuego “el Templo Libertad”, el emblemático templo judío de la calle Libertad. Algo sale mal, muere quemado el sereno paraguayo a quien un agente suelto del Mossad quiere hacer pasar por el gran rabino de Ceuta, quien ha fallecido a su vez, en circunstancias non sanctas, en un hotel por horas. El inspector Boscato, responsable de la oficina de “Delitos Especiales”, es quien lleva adelante la tarea de desentrañar todo este entuerto argento tan sórdidamente identitario, como el mate amargo, y los discos de Gardel.