Como siempre, Guebel sabe tratar a sus anchas esa realidad en que la ficción respira. Escrita de una manera asombrosa, que no descarta el virtuosismo ni la versatilidad que le permite desechar y cultivar toda la literatura anterior, El sacrificio crea el efecto de una memoria de peso inevitable. Es otro de los libros insoslayables de Daniel Guebel, a la vez prodigioso y pródigo.
"El sacrificio. En ella, Guebel retratará la aniquilación de la conciencia en el estalinismo. "Las historias que uno escribe no sólo tienen que ver con las propias pulsiones secretas sino también con otros textos. La estricta originalidad es una superstición. Apuesto a una escritura que no se sostenga en la falsa creencia de la singularidad de un estilo o de la marca del autor en cada punto y cada coma", sostiene. Añade que la voz femenina de El sacrificio va tejiendo arbitrariamente las historias de los oprimidos. "Es una relectura del Libro de Job. Se trata de hombres cuya fidelidad y devoción son puestas a prueba de infinitas maneras. Sólo que aquí Dios es Stalin", adelanta Guebel."
-La Nación