En agosto de 2013, trece detenidos de alta peligrosidad se escaparon por un túnel del penal de Ezeiza, la cárcel de máxima seguridad más célebre de la Argentina. Entre ellos estaba Martín Alejandro Espiasse, alias “Banana”, nacido en Trelew, Provincia de Chubut. “Banana” fue el último en caer: un solo policía lo cazó y lo arrestó en Mendoza cuatro años después. Encontraron su búnker con un arsenal de armas largas, una plantación de marihuana y explosivos plásticos suficientes para volar un edificio. Vivía bajo varias identidades falsas, con una novia de 23 años a la que golpeaba y sometía. También se escribe su tragedia privada. Sus hombres le son leales hasta hoy, pero lo traicionaron delatores, lo vendieron las familias de sus propios cómplices. Su primera mujer se suicidó. Tiene dos nietos: nunca los conoció. Su hijo, que llevaba su nombre, pero no su apellido, preso por homicidio, murió apuñalado en la cárcel por su propio amigo. Espiasse jamás concedió una entrevista. Su vida es un secreto. Gracias a una investigación periodística monumental y una prosa de alto impacto, Fahsbender reconstruye su carrera delictiva con minucioso detalle a través de testimonios clave de sus víctimas, de los policías y fiscales que lo persiguieron, su histórica abogada, sus allegados, y miles de páginas de documentos judiciales y perfiles reservados de inteligencia criminal. El trueno en la sangre traza un mapa nacional del crimen profesional, al tiempo que narra en su relato true crime la vida de un hombre que nunca se rindió, que nunca se detuvo y que todavía espera su chance para volver. “Banana” es el último de una raza que marcó a sangre y fuego el crimen argentino, el último gran asaltante del hampa. Protagonizó violentos asaltos a bancos donde policías fueron asesinados con ametralladoras, tomas de rehenes, riñas sanguinarias en la cárcel (donde se convirtió en un preso indomable). Robó bajo un nombre falso estando prófugo, escapó corriendo de un hospital para ser capturado otra vez. Lo condenaron a prisión perpetua y volvió a fugarse.