Durante el 2020 me dediqué –junto a mis hermanos- a cuidar a mi padre que se estaba apagando. En mi teléfono sólo tenía dos chats, uno con mis hermanos con la foto de mi papá como ícono y otro con mis amigos que, en parte, estaban lejos porque vivían en la Plata. La movilidad estaba restringida. Había toque de queda sanitario. Mis hijos estuvieron con la madre, lejos, más de cincuenta días. Entonces escribía, para ayudarme, pequeños apuntes en los dos grupos de wasap que les enviaba a mis amigos o a mis hermanos. Escribir en wasap te libera de estructurar el poema, es más, a veces te corrige el corrector y te cambia lo que pensabas escribir… así fueron saliendo estas notas que hablan de rendición, de hijos que están lejos, de un poeta yanqui que murió en el Amazonas. Me convertí en un nómade sin moverme un segundo de al lado de mi padre.
Fabian Casas