Considerado por Susan Sontag como «el crítico de cine más vital, perspicaz y original de Estados Unidos», Manny Farber (1917-2008) es reconocido como uno de los padres de la critica cinematoráfica moderna anglosajona y admirado por la generación posterior –Jonathan Rosenbaum, Kent Jones, J. Hoberman–, en la que dejó una marcada influencia.
Pintor además de crítico, su ojo de artista le permitió concentrarse en aspectos hasta entonces ignorados de las pelícuas, tales como el espacio visual, la plasticidad, el ritmo, la disposición y gesto de los actores, y los movimientos de sus cuerpos.
Algunos de sus textos se convirtieron en manifiestos, como el famoso ensayo «Arte termita contra arte elefante blanco», síntesis de su preferencia por un cine vitalista y de formas provisionales que socave los propios límites del arte, y en contra de los grandes nombres del firmamento cinematográfico, la monumentalidad, la ampulosidad y el academicismo. Antes que los jóvenes cahieristas, fue pionero en revalorizar a directores y productores que expresaron lo mejor de la tradición norteamericana a través del cine de género o del cine clase B: Howard Hawks, Preston Sturges, Samuel Fuller, Raoul Walsh y Val Lewton. Se ganó así la definición de «iconoclasta», al mismo tiempo que su prosa fue asimilada al fraseo jazzístico: una escritura muy personal e inventiva construida sobre la base de metáforas visuales, alejada de cualquier molde académico, y repleta de neologismos, juegos de palabras, humor y sarcasmo.
La presente selección consta de sesenta textos, la mayoría inéditos hasta ahora en nuestro idioma, desde sus tempranas reseñas semanales hasta sus ensayos posteriores consagrados a grandes cineastas, algunos de ellos coescritos junto a su esposa, Patricia Patterson.