En los cinco relatos de Indiada, la imaginación feroz de Osvaldo Baigorria se despliega para empapar de delirio y erotismo la crónica de la historia pero también la de la Historia. El escenario pueden ser las pampas argentinas de mediados del siglo XIX, en plenos festejos del cincuentenario de la Independencia de 1816, o las comunidades hippies de los bosques canadienses. En estos textos todo es excesivo, barroco, lúdico y lírico, y al mismo tiempo controlado por las dotes de un narrador exquisito montando en pelo sobre un universo narrativo cuyas leyes inventa y que se inscribe en las mejores tradiciones de la literatura argentina.