Los casilleros donde suele ubicarse la obra de Irene Gruss, dice Pasik, son el de la ironía y el de lo doméstico. Y, sobre el sedimento de aquella lectura señala: “La poesía es inquietud, esa es su génesis. Eso hace Irene en cada poema. Deja algo abierto, sin responder”. Lo mismo hace Pasik en su texto: indaga, divierte, invita a pensar. Lejos de la solemnidad y la idealización, este libro desafía las convenciones anquilosadas del género biográfico de un modo fresco, oscuro, luminoso, sin que esto sea contradictorio. Las visiones caleidoscópicas de los numerosos entrevistados configuran escenas vivas que regalan épocas y climas culturales. Paul Ricoeur hablaba de la vida como relato y aquí encontramos todos los condimentos de lo cotidiano y de lo estético: desde su relación con el café y el cigarrillo hasta las grandes ideas.
¿Es El corazón del asunto una biografía? Sí. Y no sólo eso. Es una historia de vida en clave de comedia negra; de cinismo tierno, de sensibilidad sin cursilería que amalgama el retrato biográfico con la lectura crítica en una sinfonía de filos de cuchillos que se rozan. En ese acto de contacto se genera la chispa áspera y amorosa que vuelve poderosos los pliegues de la literatura. Atrapa en su narrativa y no es necesario haber leído a la biografiada. No sólo porque a lo largo de la trama se cuelan sus poemas como intersticios que dialogan con sus temas y conflictos vitales. Hay una fuerza centrífuga de energías de personajes que debaten y crean, de ideas en consonancia y otras que no. Al mismo tiempo, regala un ars poética rebelde, estricta y risueña. Este libro enseña maneras de leer, y de escribir, como una reversión contemporánea de Consejos para un joven poeta de Rilke -con mirada de sucesos y movimientos literarios históricos- donde el contexto mueve y enriquece la intriga.
Sonia Budassi