Escribe en el prólogo Adrián Gorelik: "Dentro de su poblada e influyente obra, La ciudad letrada, un ensayo ocupa un lugar especial. No es sólo su último libro; es, también, el único de sus libros importantes que se propuso escribir de forma unitaria, ya que los otros surgieron de la organización a posteriori de series de textos que habían sido producidos como intervenciones singulares. Y, quizás lo más importante, es el único libro en el que arriesgó una interpretación general de América Latina, para lo cual ensayó un conjunto poderoso de hipótesis sobre la vida intelectual de la región, una visión estilizada sólo posible bajo la forma, precisamente, del ensayo, como se preocupó de señalar desde el mismo título. Es un libro, por fin, que excedió el interés de los especialistas y, en ese camino, logró convertirse en una referencia fundamental de la literatura del continente, un clásico. Al punto de que “ciudad letrada” se ha vuelto una de las fórmulas más expresivas –y no necesariamente para quienes aprueban las tesis del libro– para hablar tanto del mundo intelectual latinoamericano como de la peculiar cultura urbana moderna de la región”.