La Santita es una apertura de mundos cosmopoeticos en los que las fronteras entre cuerpo y espíritu, cultura y naturaleza, femenino y masculino, lo lúdico y lo racional, la ciencia y la magia se desvanecen. En siete historias, la autora organiza universos en los que los manglares, las gallinas, las rocas volcánicas, las cenizas, Owi Wan Kenobi o Cristal se encuentran y tejen vínculos que ponen en juego la existencia de otras realidades (no necesariamente occidentales) que escapan a los límites de tiempo y espacio y vivos y muertos. Inspirada en las cosmologías del mundo andino y sus violencias profundas, Moscoso hace magia con las palabras, inventa ritmos y trae referencias de la cultura popular junto a otra cultura pop ancestral. Rompecabezas de referencias tan reconocible en el imaginario de Moscoso y en tantísimos puntos de América. Pósters de Chayanne y Hello Kitty entre viviendas precarias, vegetación random, terrenos vacíos, casas hechas con ladrillos sin pintar ni revocar, ciudades interminables y edificios que brillan al sol, olor a frito y a cilantro. Neón y cumbia. Vírgenes y Star Wars. Estamos, quizás, frente a una literatura del fin del mundo.