La vinculación del encuentro fortuito (una lectura siempre lo es) de un escritor y un libro de Spinoza con ciudades y fechas precisas, busca -si pudiéramos llamarlo así- un efecto de fotografía literaria: el día exacto, el lugar preciso…; una imposible recuperación de lo perdido en el río del tiempo, un hallazgo imaginario que restituye un episodio de lectura incierto o extraviado y sin registro a la trama de los hechos sucedidos alguna vez. Con todos ellos se buscó formar un delta, un conjunto azaroso de islas dispersas en una desembocadura muy alejada de cualquier origen.