Una mujer recibe un llamado de auxilio de quien hasta hace un tiempo era su pareja. A partir de allí, y mediante el cruce de lo que ella razona y escribe luego de descubrir lo que él ha dejado en su computadora, De Luca construye una trama de capas que se van conteniendo unas a otras. Como matrushkas, Martín escribe obsesivamente sobre incidentes que se vuelven anuncios de lo que será su muerte; Lucía lo lee e intenta descifrarlo, y nosotros ¿afuera? reproducimos la búsqueda de una explicación.
La prosa de De Luca tiene la capacidad de detenerse en lo cotidiano sin que la trama se debilite. Su fluidez y transparencia nos sujetan a una intriga perfecta gracias a esa cualidad de ciertos textos porosos en los que entramos tan fácil que después solo se trata de dejarnos llevar.
Leonardo Pitlevnik
Una editora, una llamada en la noche, un ex que suplica para verla in extremis. Un cadáver colgante y el manuscrito de una novela que parece (¿o no?) el diario de un paranoico y que mientras leemos será intervenido y anotado. Con los materiales y el vértigo del noir, Agustín de Luca escribe una intriga astuta y convincente, que evoca al Rodolfo Walsh de “Nota al pie” y los misterios clásicos de cuarto cerrado, con algunos aguijones satíricos sobre la escena literaria contemporánea.
Guillermo Martínez
