Una vez vi a Muzzio sentado en un terraplén de césped frente al mar en Punta del Este, fuera de temporada. El poeta Ignacio Di Tullio me susurró: "En esa imagen se podría sobrescribir Muzzio, un policial". La cara seria y tranquila del poeta contrastaba con el mar todavía frío, muy azul, y la ciudad vacía a sus espaldas.
Creo que también su poesía es, toda, una imagen entre luz y sombra, quietud y movimieto, solidez y evasión. Se cifra en la tranquila seriedad con que afronta la realidad -material y sagrada- que se escapa entre los dedos, vestigios de un crimen o de un milagro.
Brilla con discreción, como él mismo, en el paisaje de la poesía urbana argentina, pero es de lo mejor que se escribe en este momento, para quien entienda que la poesía consiste en "el arte de narrar", diría paradojalmente Juan José Saer. Narrar una perplejidad que aún frente a la materia conocida se maravilla.
Jorge Aulicino