En su Conversación sobre la poesía, Friedrich Schlegel argumentaba que, así como en la tragedia las acciones y los sucesos, el carácter y la pasión fueron ordenados y conformados, armónicamente, en un bello sistema, a partir de una saga ya existente, en la comedia, tras una aparente falta de conexión, se nos ofrecía, atrevidamente, como rapsodia, una inventiva exuberante de profunda comprensión de los conflictos. Cabe esa anotación para Macunaíma, que no es una novela, sino una rapsodia. Sabemos que el principio rapsódico se opone, nítidamente, a la jerarquía sinfónica. Actúa contra el universalismo racional clásico, pautado por un espacio homogéneo, proponiendo una heterogénesis diseminada, que reconfigura mapas y altera duraciones; busca sentidos en el pasado; consulta archivos; parodia y caricatura; mezcla leyendas y epopeyas; libera fuerzas dionisíacas e insumisas, como burla bufa que es.