¿Qué es lo que distingue una obra de otras obras, un ruido de otros ruidos? ¿Qué es música y qué no? ¿Y por qué no importa si no es música? Indagaciones como estas, esbozadas en Generación dakou, se encuentran plasmadas y desarrolladas por Yan Jun en los textos que componen No importa si no es (música). Su propuesta de «desenfoque» habilita una nueva reflexión sobre nuestra relación con el arte: desenfocar los sonidos para igualarlos (ningún sonido se destaca sobre otro), desenfocar la escucha para no escuchar nada en particular, desenfocar la subjetividad a partir de la destrucción del lenguaje, y devolver la intimidad al ámbito privado, donde el ruido alto y fuerte característico del noise se convierte en un ruido blando, bajo e innominado, y nuestra vida puede ser arte o, justamente, no serlo en absoluto. Con su característico estilo poético y digresivo, Yan Jun parte de sus propias experiencias vitales para explorar en diversos temas: escenas experimentales mínimas y control estatal; bajas frecuencias como instancias prelingüísticas; una banda sonora para una película de ciencia ficción; y la relación entre el cuerpo, las máquinas y la naturaleza en una China hipercapitalista, en la cual mitología, espiritualidad e historia cultural y política funcionan como nexos de todas las cosas.