Nuestros años pasan de la misma manera es un libro de cuerpos en movimiento. En estas páginas todxs se desplazan: desde un bebé de pecho hasta un anciano que acaba de morir. Acá hasta los muertos rondan por terminales sombrías y rutas misteriosas, mientras que las paralíticas amenazan con abandonar sus sillas de ruedas para echarse a andar. Pero sobre todo son las mujeres —hermanas, amigas, madres y novias— las que se arrojan al fluir constante de la exploración del mundo.
Dana Madera nos ofrece una colección de tránsitos que invitan a superar distancias en los autos, bicicletas y micros necesarios para afrontar el viaje de su experiencia, un mapa que se abre y se despliega contra el suelo de la pampa como un corazón que ofrece, desnudo, la trayectoria de sus arterias y venas. Buceando en estos territorios vinculares y en aquellas que soportan la pesada carga de tener que articularlos, agita con destreza el lenguaje para reconstruir relato a relato el antiguo placer de contar historias.
Dolores Reyes