Si caminar es una de las mejores maneras de conocer una ciudad, quizás tener sexo sea el mejor modo de conocer a sus habitantes. Con esta premisa el narrador recorre Europa y Estados Unidos escapándose, aunque sea por un rato, de un país en llamas y de algunas heridas personales.
En estas crónicas conviven sesiones de fisting con paseos por EuroDisney, salas de museos con bares de cruising, castillos del rey Ludwig II con librerías gays; pero también hay hospitalidad de amigos, reencuentros familiares y una iluminación: nunca, nunca, nunca dejar de viajar.
Martín Villagarcía se luce en su papel de guía turístico y nos transporta a lugares a los que nunca fuimos y a enredarnos fogosamente con cuerpos con los que nunca estuvimos. ¡Qué viaje!