Dentro del surrealismo Eluard representa la tendencia más puramente lírica. Su mundo poético expresa un cúmulo de sueños flotando entre los extremos del amor y de la soledad. La única realidad a la que reconoce validez es el amor. Todo lo existente le parece al poeta como una realidad degradada de la que sólo nos salva el amor. Así dice en «Prohibición de saber»: «El amor está en el mundo para olvidar al mundo», y en «La capital del dolor», agrega: «Una mujer es más bella que el mundo en que vivo». El amor, para Eluard, no deja de ser ante todo acto físico, «vida inmediata», pero desde allí lo eleva hasta un significado metafísico.