Traducir poesía de una chica más joven es como un viaje en el tiempo. Me refresco con su frescura. Buceo en sus enamoramientos, en su lectura digital de un mundo que viví analógicamente. Palpo la inocencia y el deseo, palpo la indagación física de las vivencias y la maravilla del descubrimiento. Me he sentido con la libertad de ser una mujer adulta con los poemas de una chica. Me dio mucho goce esa libertad y sentí que la poesía de Ashley bien podía ser un material cercano a mi corazón poético en muchos aspectos formales y espirituales.
-Gabriela Bejerman