Madame Bovary, con sus fanáticos y detractores, instaló a Flaubert en el mapa de la literatura francesa y le dio rasgo de “contemporánea”. Los Tres cuentos, en cambio, publicados luego de varios fracasos, le permitieron una consagración prácticamente unánime por parte de sus colegas y la prensa. Como muestra, basten los siguientes ejemplos:
“Nunca he leído nada más bello que sus Tres cuentos. Es la fuerza del genio, y no deseo que ningún razonamiento eche a perder la sinceridad de mi admiración”. Théodore de Banville, 1877
“Tu primer cuento, ‘Un coeur simple’, es una maravilla de nitidez, de observación infalible y de expresión certera. ‘La Légende de saint Julien’ y Hérodias; solo pudieron ser firmadas por el autor de Salammbô y La Tentation... Tienes un gran y poderoso talento, y nadie está más convencido y más feliz que tu viejo amigo”. Leconte de Lisle, 1877