En Un día coexisten la velocidad de las acciones inevitables y la contemplación melancólica. El narrador entiende que ya no tiene sentido apurarse, que la vida transcurre más allá de él, que el control es una ilusión. Esta es una novela sobre el tiempo, o sea, sobre la muerte. Para entender ese extraño fenómeno, el narrador ralentiza su observación y espera que el presente le revele algo, alivie su incertidumbre, le permita algún tipo de revancha. Con una línea argumental simple –¿un hombre que va a morir?–, Gustavo Cabezón escribió una novela cargada de tensión narrativa y emociones perdurables.
Margarita García Robayo