George Smith es un millonario que nadie sabe bien a qué se dedica ni cómo hizo su fortuna, y está desesperantemente solo. Es un hombre que a pesar de tenerlo todo no logra ser aceptado en los círculos a los que aspira y que a la vez desprecia el lugar de donde viene. Su extravagancia y su frialdad son la máscara de su fragilidad, de su necesidad de afecto, una forma de sobrellevar la desazón, de resistir y preservarse ante un mundo que amenaza con arrasarlo todo. Genera simpatía e incomodidad en dosis similares.