Silvia Maldonado mató a la niña Perla. La tomó de los hombros y la estampó contra el mármol de la mesa de la cocina.
Ese asesinato desató varios problemas, el principal, que Perla es su hija, la única. La muerte, además, complica la candidatura a gobernador de su esposo, Calvin Martínez, quien obtendría el cargo a través de un fraude electoral.
Esta historia policial se desarrolla en una ciudad mexicana asolada por el narcotráfico. Ahí la violencia es parte de todo, se ha metido en las alacenas de las familias y en los rezos de las madres, que piden por la seguridad de sus hijas, porque desde hace varios años se registra una desaparición sistemática de niñas pobres.
Por cierto, Silvia Maldonado es la hija de “El Casero”, un mítico narcotraficante que está detrás de la ola de violencia que ahoga a la ciudad. Como ella es mujer, su esposo, Calvin, heredará el liderazgo del cártel cuando “El Casero” se jubile. Sin embargo, matar a su hija libera a Silvia de ataduras que ni sabía que tenía. ¿Será que podrá utilizar lo que ha sucedido para tomar su lugar como legítima heredera de “El Casero”? Al menos, lo va a intentar.